lunes, 13 de julio de 2009

NUDOZURDO (21-J: Día de la Música Heineken 2009)

Bajo el techo del recinto del Matadero de Madrid, alrededor de las seis menos cuarto de la tarde, sobrellevando la brasa de la estrella enana amarilla de nuestro sistema, los madrileños Nudozurdo decidieron echar más leña aún al horno-crematorio. Era el primer día de verano, 21-J Día de la Música Heineken, la música se convirtió en la máxima vía de comunicación universal.

Nudozurdo, ese niño marginado al que nadie hizo caso cuando en dos mil tres sacó un flamante disco homónimo cargado de post-punk, rompió el candado y sacó su fusil con Sintética (Everlasting Records, 2008), apuntando a lo más alto de todas las listas del año pasado. Se estaba haciendo grande y hoy iba a dar muestra de ello en el Matadero.



Hacía tiempo que no se veía tanta convicción sobre un escenario… las luces y sombras se proyectaban tras el cuarteto madrileño hacía el exterior cuando “Mil espejos”, el primer tema de Sintética, daba comienzo al recital. La voz de Leopoldo Mateos quebró las cadenas del disco durante todo el concierto e hizo vaivenes entre la catarsis y el éxtasis. “Otra vez” y “Dentro de él” continuaron el flujo sonoro haciendo gala de su contundente y cíclica base rítmica a cargo de los ex componentes de doss, Meta (bajo) y Jorge Fuertes (batería). Era el turno de “Ha sido divertido”, tema merecedor de estar en el Olimpo de los himnos generacionales, prosiguió. La oscuridad se adueñó del escenario con “Kamikace”, una canción donde florece la parte más inescrutable del hombre. Los ritmos repetitivos y obsesivos sucumbieron a la guitarra de César de Mosteyrín (guitarra) alumbrando a “Negativo”, otro de los temas clave de este grupo, cargando de hipnóticos delays los amplificadores y haciendo bailar a más de uno, entre los allí presentes, al más puro estilo Curtis.

La sorpresa de la tarde vino con la colaboración de Antonio Arias, líder del grupo granadino Lagartija Nick. Fue invitado por el grupo para tocar “El hijo de dios”, otro himno del rock nacional, tema más conocido de Nudozurdo y encargado de cerrar la actuación. Realmente brutal fue el último tramo del concierto. Leo desgañitó su voz, expulsándola al público con la máxima agresividad, según se acercaba el final. Sus gritos se podían oír hasta en el río Manzanares, un momento colosal que terminó entre aplausos y halagos.

A golpe de intensos directos, gracias a la voz de su cantante, sus personales letras y a las muy logradas espirales melódicas; ese niño marginado se ha convertido en una super banda que, seguro, aún tiene mucho que crecer. ¡Enormes!

e.

MySpace del grupo / Nudozurdo

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